Querido mortal, sígueme...

12 de agosto de 2015

Arriba las manos, esto es un atraco a un corazón desarmado



Que alguien le explique que la ha vuelto a cagar otra vez. Que alguien le diga que seguramente le espera otra caída. Ilusa y soñadora, te llevas golpes a todas horas.
¿Es que no espabilas? Ya curaste aquella bala y ahora pareces pedir a gritos otro disparo, todavía dudas si esquivarlo o enfrentarlo. Pero en realidad estás deseando de escuchar ese sonido que nace al apretar el gatillo. 


Esperas con ansias sentir el grito de la bala atravesándote por dentro.  
Rompiéndote y asfixíandote, porque sabes que con el tiempo sabrás curarte.

Quizás hayas perdido el miedo a amar.
                                                               O te guste coleccionar cicatrices de guerra.

                     Quizás lo fácil no te va. 
                                                               Pero lo demasiado complicado te aterra.
 
                                                  Quizás te caigas otra vez. 
                                                                                      Pero prefieres eso a no haber arriesgado.


O quizás estés loca de atar.    Pero que más da. 

No hay nada mejor que vivir en una locura que no sabes a dónde va.


Aún así, aplaudamos porque has sido fuerte. Sí. Fuerte, hasta que has dado con esa bala que no esperabas y que apareció de la nada. Has esquivado tantos disparos, que has perdido la cuenta, pero esta parece ser la bala perfecta y la excepción, porque no huyes. Permaneces quieta. Y es que el disparo de esa maldita bala te está matando y ni siquiera todavía se ha escapado de aquel arma.



Lo evitaste, sí, lo evitaste con todas tus fuerzas, pero el tiempo pasa y tu hora querida ha llegado.

Arriba las manos, esto es un atraco a un corazón desarmado.

 Aquí os dejo una entrada que escribí el 7 de Junio y que he decidido publicar ya que hace meses que no doy señales de vida por aquí. También quiero aclarar que ya no quiero más disparos, que me he cansado. 
He cogido la pistola y la he cargado de balas, ahora me toca a mí probar mi puntería.
Image and video hosting by TinyPic