Querido mortal, sígueme...

8 de febrero de 2014

Verba volant, scripta manent...



Con el tiempo te terminas dando cuenta de que todas las palabras se esfuman, desaparecen y se pudren. La culpa no es de ellas, sino de las personas, nos aferramos a sueños, a promesas con la esperanza de ver que algún día se cumplirán, pero cuando bajas de las nubes, cuando aterrizas y pones los pies en el suelo te das cuenta de que te has despertado de tu triste realidad. Abres los ojos, ya nada es igual. Te das cuenta de que ya no hay vuelta atrás, quieres retroceder las agujas del reloj, pero no puedes. Caminas despacio, aturdida, es tu final, tarde o temprano tenía que llegar, cometiste un error fatal que no merece la pena nombrar. Los golpes llegan, los latidos cada vez son más pesados, sin energía y comienzas a despertarte cada día en vez de con una sonrisa con una herida más. Una herida que cada vez se hace más profunda, que te hunde en el abismo y no te permite levantarte. Una herida que no te deja avanzar y por la que quizás no merezca la pena luchar más.

Y así es como le doy toda la absoluta razón a Cayo Tito, un senador romano que dijo:

" Las palabras vuelan, lo escrito queda"


Os pido mil perdones por desaparecer tanto tiempo, más que nunca, llevaba tiempo sin escribir,  porque no lo necesitaba y por los exámenes (aprobé todo ^.^)

Gracias a los que siempre estáis ahi, a los que me leéis, a los que me mandáis mensajes pidiendome ayuda o consejo y a los que me animáis a seguir escribiendo.

  Nunca me fuí, pero deciros que volví, 
volví a mi blog queridos mortales y con más quejas que nunca.


    
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