He visto como te has
caído,
pero también como siempre
te has levantado.
He visto como te despedías
de personas
con las lagrimas en los ojos y con el puño
cerrado.
Descubrí en tu
mirada, tu primer amor.
Presencié tus locuras
y rebeldías, cada día.
Pero aun así, tu
interior sigue siendo el mismo,
luchas por tus
sueños,
cuidas a quienes tienen un cachito de tu corazón
y no olvidas a quienes te dañaron.
No das tus pasos en
falso, son concisos y seguros,
a veces retrocedes, pero rectificar es de
sabios.
Disfruta del paisaje,
disfruta de la vida,
disfruta del aire,
del amor y del dolor, disfruta todo cuanto puedas,
porque llegará un
momento en el que no sentirás nada,
en el que terminarás dando en un suspiro, tu
último hálito de vida.
Vive el momento
siendo tú misma,
No cambies, no
aparentes algo que no eres, nunca.
Te escribo porque, he sentido, lo
que tú has sentido
y he vivido, lo que tu has vivido.
Un consejo para el futuro:
¡Carpe Diem, Sandra, Carpe Diem!
y recuerda…ríe cada instante de tu vida,
no temas a enamorarte y lucha hasta el final.
Solo se tú...Simplemente, se tú.
Atentamente
desde el pasado: Sandra